domingo, 16 de noviembre de 2014

Rima LVI



 Hoy como ayer, mañana como hoy,
¡y siempre igual!
un cielo gris, un horizonte eterno,
¡y andar... andar!

Moviéndose a compás, como una estúpida
máquina, el corazón;
la torpe inteligencia, del cerebro
dormía en un rincón.

El alma, que ambiciona un paraíso,
buscándolo sin fe;
fatiga, sin objeto, ola que rueda
ignorando por qué.

Voz que incesante con el mismo tono
canta el mismo cantar;
gota de agua monótona que cae,
y cae sin cesar.

Así van deslizándose los días
unos de otros en pos,
hoy lo mismo que ayer... y todos ellos
sin goce ni dolor.

¡Ay! a veces me acuerdo suspirando
del antiguo sufrir...
Amargo es el dolor; pero siquiera
¡padecer es vivir!
Como vemos en estos poemas la vida para Bécquer después del fracaso amoroso, es una vida muy monótona, sin ningún aliciente, y que son todo los días iguales, y dice que prefería sufrir que aunque era amargo el dolor, por lo menos vivía. Y que todo le salé mal.
Estructura 
Interna:
En la primera estrofa, Bécquer expresa su rechazo a la vida, todo lo ve negro, todo le va mal, siempre es lo mismo.
 En la segunda estrofa, desprecia al cuerpo, cada elemento cumple su función, como el corazón, como si fuese una simple máquina que sigue unas instrucciones.
 En la tercera estrofa hace referencia al alma, intenta buscar un sitio agradable sin ninguna ilusión, no cree que vaya a encontrar ese sitio dónde sentirse bien, ignorando el motivo.
 En la cuarta estrofa, siente que todo es lo mismo, como una rutina que se repite sin parar.
 En la quinta estrofa los días pasan sin ningún acontecimiento, ve que cada día es lo mismo, no hay ninguna novedad, no hay ninguna alegría ni ninguna desgracia, simplemente no pasa nada.
 En la sexta estrofa recuerda sus vivencias y por lo que sufrió en un tiempo pasado, expone el dolor como amargo, como algo malo, ni siquiera el dolor es una forma de vivir.
Externa:
La rima está compuesta por seis estrofas, de cuatro versos cada una endecasílabos y PENTAsílabos en la primera estrofa y endecasílabos y heptasílabos en todas las demás, de rima asonante en los versos pares (-á).
 Aparecen diferentes recursos retóricos:
-La exclamación retórica en el verso 2 quiere que destaque lo que dice y siempre va entre exclamaciones “¡y siempre igual!” también aparece en el verso 21 ¡Ay!.
- La comparación, en los versos 5 y 6 (“como una estúpida máquina, el corazón”) ,
- La personificación, en los versos 7 y 8 “La torpe inteligencia del cerebro, dormida en un rincón”, hace referencia a que la inteligencia se pierde porque no se utiliza, también aparece en el verso 9, “El alma, que ambiciona un paraíso”, el alma busca un sitio agradable dónde poder sentirse bien.
 - Metáfora: En el verso 3, podemos encontrar “un horizonte eterno” que se refiere al horizonte que cuando se mira no parece que vaya a acabar.

En conclusión, Bécquer en esta rima se encuentra deprimido, ve cercana la muerte, ya que ve como su cuerpo cada vez funciona más lento, no tiene ganas de vivir, ve la vida como una monotonía. Encuentro que muchas personas se pueden identificar con esta rima de Bécquer y con muchas más de este cuarto bloque, las personas que ven cerca su final o su vida es una rutina sin ninguna ilusión y sin ningún sueño que les motive, pueden ver la vida igual que él, se pueden sentir identificadas a la perfección con éste.

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