domingo, 16 de noviembre de 2014

Rima XLVIII



Como se arranca el hierro de una herida
su amor de las entrañas me arranqué,
aunque sentí al hacerlo que la vida
me arrancaba con él.

Del altar que le alcé en el alma mía
la voluntad su imagen arrojó,
y la luz de la fe que en ella ardía
ante el ara desierta se apagó.

Aún para combatir mi firme empeño
viene a mi mente su visión tenaz...
¡Cuándo podré dormir con ese sueño
en que acaba el soñar!
Tema principal:
Un desengaño en el amor, dado que se encuentra entre las rimas de la 3ª etapa (Rimas XXX a LI) que se refiere a eso mismamente.

Tiene tres partes:
 En la primera habla de cómo el poeta arranca su amor de él y como al arrancarlo se le va la vida, en la segunda se dice que tenía al amor en un pedestal y que poco a poco se fue apagando y por último en la tercera parte se pregunta que cómo va a poder vivir sin ese amor que se ha acabado.

Tiene mayormente una rima consonante, y las estrofas 1 y 3 acaban con un estribillo de pie quebrado, que hace que queden claras las intenciones del poeta de expresar lo que desea. Usa un léxico fácil, aparecen muchos verbos y se expresa claramente de que se habla sin usar metáforas referentes a la naturaleza o cualquier otra cosa.

Opinión personal:
Expresa muy bien cómo se siente una persona cuando tiene que olvidar un amor, arrancarlo de su corazón. En él están presentes del romanticismo: el desengaño amoroso, el agobio, el miedo a la soledad.

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